lunes, 14 de abril de 2014

Cómo invertir en África y con éxito



África se ha convertido en los últimos tiempos en el nuevo El dorado, y cada vez más emprendedores extranjeros tienen entre sus objetivos el expandir sus negocios o iniciar alguna actividad en ese continente. Pero sería ingenuo pensar que basta con solo extender la mano y recoger el tesoro. De ahí que a todos los que nos consultan les solemos decir que invertir en África requiere un conocimiento minucioso, no solamente de las diferentes oportunidades sino también de los riesgos y, sobre todo, del terreno.

Prestigiosos estudios e informes internacionales, de manera recurrente, afirman que África está registrando un importante crecimiento desde hace más de una década debido, principalmente, a los recursos naturales tan apreciados en los mercados internacionales; al desarrollo del sector servicio y de la producción industrial que necesitan inversión extranjera; y a una demografía favorable a la actividad económica. Y como resultado, la emergencia de una clase media dispuesta a consumir, convertida en objeto de deseo de los inversores extranjeros. 

Conocer los entresijos de cada región, de cada etnia y de cada cultura se revela esencial si se quiere tener éxito en el mundo de los negocios en África. No hay que subestimar que cada civilización funciona de forma diferente, por lo que entender sus líneas de fluctuación puede ayudar a solventar posibles situaciones conflictivas y  a garantizar el éxito de la iniciativa emprendedora.

Saber identificar las oportunidades se antoja fundamental. La elección del sector en el que se desea iniciar la actividad es importante. Si bien África es un continente dónde todo está por hacer y cualquier iniciativa puede resultar beneficiosa, los recursos naturales y la agricultura son los sectores más prometedores en el momento actual.

Entre los errores que habría que evitar está el no contar con trabajadores locales y llevarse a expatriados. Llevarse consigo trabajadores desde el país de origen, aparte de subestimar la capacidad de los lugareños, conlleva el riesgo de que se considere a la empresa como una más de la larga lista de las empresas coloniales que tanto han expoliado el continente. Por tanto, sería deseable que la empresa, si bien es de capital extranjero, tenga un anclaje en el territorio a través del personal autóctono.

Finalmente, y quizá más importante, considerar a África no como una despensa o especie de lugar donde se almacenan alimentos antes de ser utilizados, sino como un mercado donde se encuentran la oferta y la demanda de productos y servicios y se determinan los precios en beneficio de las partes intervinientes.



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