lunes, 31 de diciembre de 2012

Se impone una revisión de la ecuación "educación igual desarrollo” en África


Hemos oído, todos, aquello de que la Educación es una herramienta privilegiada para el cambio social y para la construcción de un mundo más justo. Y, por tanto, una forma eficaz para luchar contra la pobreza y construir una sociedad más equitativa. Pero, por paradójico que parezca, esta ecuación universalmente aceptada no se comprueba automáticamente en todos los tiempos y en todos los lugares; y pensamos especialmente en el continente africano.


No proponemos superación alguna de este paradigma que ha orientado la acción de muchos países y organizaciones para conseguir transformaciones efectivas. Sólo advertir que en África no se cumple del todo y necesita una cierta revisión. Si no es así, ¿cómo explicar el hecho de que cuanta más gente accede a la educación más se hunden, literalmente, los países africanos en el foso de la miseria? Esto mismo ocurre con otro hecho contradictorio en este mismo continente, que ya hemos advertido en alguna ocasión: cuanto más se acercan los africanos a las religiones (las sectas brotan como setas) más se extiende la corrupción. 

No queremos traer a colación cifras de organismos internacionales que se ocupan de la educación para apoyar lo que estamos diciendo, porque no es nuestra intención aburrir a nuestros lectores. Además, las cifras son de acceso fácil y al alcance de todos. Únicamente apuntar a que las naciones africanas, desde las independencias conseguidas  en los años 60 del pasado siglo hasta hoy, han multiplicado las tasas de escolarización de sus habitantes. Aquellos países que accedieron a la independencia con apenas un par de titulados universitarios (R.D. Congo, Camerún, Gabón…) hoy tienen miles de licenciados y doctores formados en las mejores universidades; si bien quedan lejos para alcanzar los niveles de los países desarrollados. Sin embargo, el aumento de la escolarización no se ha visto acompañada de mejora social, más bien todo lo contrario.

Tampoco queremos entrar en disquisiciones históricas; pero sería interesante recordar que a lo largo de la historia muchos países experimentaron un rápido desarrollo económico con un sistema escolar mucho más limitado comparando con lo que encontramos hoy en la inmensa mayoría de los países africanos. Estamos pensando, por ejemplo, en los países europeos y Japón entre 1880 y 1910.

Por eso creemos que hay otras variables poderosas que intervienen en el caso de África que hay que tener en cuenta para que la ecuación resulte verdadera. Serían, a nuestro entender, tres: los efectos de la dominación ejercida por las economías desarrolladas que han creado condiciones extremadamente desfavorables para el inicio de nuevos bloques económicos; la intervención de los organismos internacionales que imponen importantes cargas a las economías africanas y que actúan en connivencia con las economías de los países desarrollados; y las estructuras político-administrativas burguesas de las naciones africanas que no favorecen, en absoluto, el auténtico despegue del continente; unas estructuras de estados fallidos que conviven con la corrupción.

Estas variables explican que las masivas campañas de alfabetización y desarrollo escolar llevadas a cabo se conviertan en un desperdicio de recursos, e incluso de destrucción cultural; y que en más de una ocasión, la ecuación "educación igual a desarrollo" se haya convertido en una especie de "enseñanza contra el desarrollo".

La educación por si sola no puede conducir al continente africano hacia el desarrollo. Desde luego, hace falta una implicación decidida de la comunidad internacional y un sentido patriótico, en el buen sentido de la palabra, de los dirigentes africanos. Si no es así, África se poblará de licenciados y doctores sin ninguna incidencia real en la vida de sus conciudadanos.-




4 comentarios:

  1. EStoy totalmente de acuerdo...sin un compromiso de la comunidad internacional y de los dirigentes de los países africanos, la mayor tasa de gente con formación universitaria no podrá incidir en un mayor desarrollo de cada país.

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  2. Eso mismo pienso yo. En ningún momento ponemos en duda el papel fundamental de la educación en el progreso de los pueblos como se podría pensar en un primer momento. Lo que pasa es que, como bien dices, la mayor tasa de gente con formación universitaria (cosa que ahora ya se da en no pocos países africanos y casi todos los universitarios en paro o inmigrantes fuera de sus países), sin un compromiso internacional y de los dirigentes africanos no tendría ninguna incidencia en un mayor desarrollo. Un saludo.

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  3. no estoy 100% de acuerdo con tus reflexiones. Creo y me dedico a educar, y creo que sin educación una sociedad, un país, o persona no puede desarrollarse en libertad. Quizás las reflexiones haya que hacerlas en base a qué tipo de educación estamos generando y para qué tipo de desarrollo.
    No creo que sea negativo que un país tenga personas formadas en todos los niveles educativos, más bien, considero que esto es una riqueza que se debe saber aprrvechar por parte de la sociedad civil.

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  4. Gracias, Irene, por tu observación. En esta entrada invito a una reflexión sobre el papel de la educación reglada en el desarrollo de África. En ningún momento, si te ha fijado, pongo en duda el papel fundamental de la educación en el desarrollo de los pueblos. Únicamente invito a una revisión de la ecuación, casi mágica, de educación=desarrollo. A parte de la educación, hay que pensar en otros factores casi tan poderosos en el contexto africano actual que la misma educación. Muchas gracias y un saludo.

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